Agujas en el brazo derecho
Al quitarme la piel, puedo mirar
las contracciones de los músculos.
Mínimos arpones calvados.
Al pararme frente al espejo,
observo mi cuerpo pálido de molusco envejecido.
Quisiera permanecer en esta cárcel,
protegido por mis redes de espinas.
Quisiera estar sepultado en el aire,
envuelto como una momia por el desamor
de alguien.
Francisco Hernández
El consuelo de los insomnes no está en el otro que tampoco duerme, sino en el ruido de los autos que, en la calle, cantan alegres el nuevo día. •
Paéz V.