
Las emisoras televisivas no comerciales en el país podrían formar eso que han llamado "la tercera cadena". La garantía de contenidos diferentes está certificada. Los valores que transmiten se caracterizan por informar, analizar y difundir aquellos aspectos de las artes mayores y de los ciclos fílmicos que al comercio no le interesan.
Es por ello que llegué tocando las puertas de
Canal Once, porque estoy harta de banalidades y estupideces embrutecedoras, porque ¿por qué no apostarle a los rubros que están abandonados?, que aparecen como un cero a la izquierda en el presupuesto de los concesionarios... ¿qué, la cultura y la educación no son rentables? O… ¿Acaso deben serlo?
Yo sí le apuesto a estos sectores, porque me enerva la estupidez televisiva, porque en México hace falta gente inteligente, personas interesadas en la cultura, en crecer intelectualmente, y estoy de acuerdo que la tv no te forjará como un ser pensante, sin embargo, al ofrecer otro tipo de contenidos, se busca que las propuestas televisivas dejen una enseñanza, algo que compartir entre la audiencia, reflejando así un televidente inteligente que busca y al mismo tiempo exige calidad.
Porque la línea que maneja Canal Once es netamente educativa, porque fomenta la cultura, la investigación, la innovación y sobre todo, porque tiene calidad, por todo ello quise formar parte de la emisora, de otra visión y de otro pensamiento, porque como futura profesionista de las Ciencias de la Comunicación, hoy más que nunca se debe revalorizar la figura del comunicólogo, es decir, del periodista que es un auténtico científico social, pues hemos de saber interpretar una sociedad que por encima de todo es compleja, y analizar profundamente su entorno, nuestra mirada tiene que ser reveladora y llegar más allá, donde no lo hace el conocimiento ordinario.
Fui asignada en el área de
Monitoreo de Medios, perteneciente a la
Dirección de Comunicación de
Canal Once, y me entrevisté con quien sería mi supervisor, hablamos sobre la
Ley Televisa, horneada al calor de la contienda presidencial, puesto que la mayoría de los políticos votaron –sin lectura previa, en una sesión de 7 min- por lo que mejor convenía a los intereses de los concesionarios, y mucho se decía, era el fin de los medios públicos, a los cuales se les imponen exigencias inadmisibles sometiéndolas a donaciones y a presupuestos estatales que les obligan a trabajar en condiciones precarias.
Recuerdo que en la entrevista salió que la Ley Televisa fue el nombre informal concedido por la revista Proceso a las modificaciones a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Ley Federal de Radio y Televisión, ya que dicha ley inhibe la competencia y fomenta el poder del duopolio televisivo Televisa – Tv Azteca, ya que se les concedió el uso libre del espectro digital de frecuencias, es decir, los espectros fueron un regalo al medio privado.
Otro tema a tratar fue la incumplida Ley Federal de Radio y Tv, emitida por gobernación, en la cual también resulta inocultable el conjunto de privilegios que se otorgan a quienes gozan de una concesión federal en tv, resplandeciendo en el nuevo intento, la tendencia contra los medios públicos, a los cuales, se les exige transformarse en centros de educación y cultura, sin embargo, estamos de acuerdo que el objetivo de la tv no es el de educar, sino el de entretener, entonces por qué darle tanta importancia a estos medios, si como sociedad estamos educados por y para la tv privada.
Sin embargo, con los medios educativos, la sociedad podría contar con elementos nuevos en la formación de sus juicios, gozar de entretenimiento diverso y opiniones plurales. La identidad de la nación no estaría en manos de concesionarios. Sólo que todo esto es utópico, ya que diputados, senadores y otros próceres sólo son movidos por otros intereses: justo lo que va en contra de una mejor y más aguda conciencia colectiva.
Son los medios de comunicación, los que nos dicen qué leer, qué hacer y qué pensar, tienen tanto poder de persuasión y nosotros tanta vulnerabilidad para ser embrutecidos… y viene lo paradójico entonces, si estudias ciencias de la comunicación ¿por qué criticas a los medios? Porque urge una reforma, un cambio en éstos, porque lo que critico es el espectáculo ridículo que éstos ofrecen y del cual, la mayoría de la sociedad somos partícipes, el resultado es la alienación del individuo, la ignorancia; las acciones se reducen a lo que su mimetizada capacidad analítica permite realizar.
Hoy puedo decir que me voy satisfecha, que me llevo bastante, profuso aprendizaje y pocas, pero significativas decepciones, o talvez lo correcto sea llamarlas realidades, porque al estar trabajando en medios me di cuenta que no todo es "bonito" como nos lo pintan en la escuela y qué bueno que no todo es rosa, porque esas son las experiencias que realmente eriquecen. Dentro de mi área me empapé de conocimiento, tanto de política, como de la Industria en Telecomunicaciones (las reformas, espectros, amparos, leyes, etc.) que si bien me sirvió como conocimiento élemental de la carrera, en bastas ocasiones, también para debatir en la Universidad, aunque la mayoría de veces me coartaran por “tirarle” a las personas mí grupo, pero no de mí equipo…. Conocí a distancia la producción televisiva, los foros de grabación, los conductores de la barra Once Niños y demás personalidades que pocas veces topaba en los pasillos.
Mi estancia en la emisora, siempre fue buena, la gente con la que conviví a diario fue solidaria, amable y respetuosa, marcando siempre un ambiente de confianza, lo cual hacía que día con día me costara más trabajo hacerme a la idea que en poco tiempo tendría que despedirme de la televisora y de la gente que ahí labora, con la cual hice amistad que no solamente fue temporal, sino que me llevo esos lazos fuera de la institución y por mucho tiempo. Nunca vi mi estancia como un trámite, realmente estaba gustosa y comprometida con lo que hacía, y ese mismo compromiso hace que quiera regresar, pero ahora no a cumplir un servicio, sino que ahora voy en busca de un lugar.