De secuestros, marchas y políticos... ¡Basta Ya!

viernes, 15 de agosto de 2008 en 12:30

Hace unos días se dio la noticia en los diversos medios de información, del secuestro y asesinato del niño, Fernando Martí; y resulta patético que este suceso apenas conmueva los sentimientos de las figuras políticas de nuestro país.

¿Necesitamos chutarnos la nota roja del asesinato del hijo de un empresario para que en este país se haga conciencia y se tomen las medidas correctas para comenzar a preocuparnos por la delincuencia?

Me molesta que constantemente se reproduzca en los medios: " La muerte de ese muchacho significa la descomposición social a la que hemos llegado". ¿La muerte de ese muchacho? México es el país con mayor número de secuestros, es una realidad, no es la primicia en la sociedad. Es decepcionante que tenga que ser éste (por su posición social y acceso a los medios) y no otro caso de secuestro por el cual la sociedad se moviliza, se alarma y se protege.

La desgracia que sufre la familia Martí, la viven día con día muchas en este país, de todos los estados, edades, sexo, religión y clase social. Ante ello, y como reclamo; la sociedad harta de que estos sucesos sean reconocidos como una cotidianidad, ha levantado la voz, exigiendo a las autoridades de los tres poderes de la unión trabajen coordinadamente en favor de la seguridad, para que todos los mexicanos podamos vivir tranquilos. Su reclamo será manifiesto a través de una marcha contra la inseguridad (Iluminemos México), la cual se realizará el 30 de agosto, y en la que se ha convocado a la sociedad para que participe e igualmente demande seguridad.

Pero... ¿Por qué exigir lo que es deber a las autoridades mediante una marcha? ¿Qué sentido tiene? Responderé a la primera pregunta de la siguiente manera, porque a los políticos no les interesa combatir el crimen organizado; y hago esta aseveración teniendo como base el comportamiento ridículo e irresponsable del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, quien se ha negado a reunirse -en privado- con el presidente, Felipe Calderón en el Consejo Nacional de Seguridad.

Pese a que el reclamo contra la inseguridad viene por parte de la sociedad, Marcelo Ebrard ha enfrentado al presidente, y siguiendo una línea delimitada por López Obrador, el Jefe de Gobierno no sabe cómo responder a esa demanda social, y al mismo tiempo a los designios del presidente legítimo, lo cual evidencia el secuestro del que él es víctima por parte de su mentor.

Si tenemos a las figuras públicas y a la autoridad secuestrada, ¿cómo demonios se va a combatir el crimen organizado? Si la Directora de la Subprocuradoría Especialiazada contra la Delincuencia otorga una entrevista sobre el mismo tópico dando la espalda. Se imaginan cuánta gracia causo este suceso a los criminales, cuánto poder les está otorgando esta mujer a las bandas de crimen organizado. Entonces, como dijo López Dóriga, los responsables de los medios también deberían dar las noticias de espalda.

México está secuestrado, atrapado entre las cadenas del miedo. La marcha de "los Iluminados" será secuestrada también por los intereses de figuras y partidos políticos que con su solidario apoyo, creen que aportan o retribuyen con algo a una sociedad amordazada. Es completamente incongruente e hipócrita ésta actitud, pues son las autoridades y los políticos quienes no han provisto la seguridad que demandan los ciudadanos.

La marcha se ahogará en el silencio, no tendrá consecuencias, al menos no positivas. Mientras sigan secuestradas nuestras autoridades y se respire el miedo; México se quedará en espera de la recompensa jamás pagada.

5 comentarios

  1. MaK Says:

    Yaye, como siempre tenemos ideas similares... y despues de leer esto, le doy la razón al pituchis, no podrás escribir en un periódico al menos que este sea tuyo... sigue en este camino...

  2. Davo Herrera Says:

    Lamentablemente la impunidad, en el sentido estricto de la palabla y no como mero cliché, es ley en nuestra sociedad. Las oportunidades de hacer énfasis al descontento, frustración e impotencia sólo se dan, como lo dices, si los afectados tienen cierto "nivel".

    Aunque parezca refrán: el futuro está en los jóvenes, pero, ¿qué tanto podemos abrirnos camino en el sistema? Espero que mucho... y si no soy yo al menos los hijos de mis amigos (jaja)

  3. Pablo Says:

    Yo creo que el problema es seguir esperando soluciones de la gente que vive de hacernos creer que su trabajo es resolver nuestros problemas.

    Con la comida tan cara como se está poniendo, las abejas muriéndose en el mundo y los pájaros sin poderse comunicar, el asesinato del niño martí será bandera de lo-menos-peor, porque los ejemplos se volverán cada vez más y más cercanos.

  4. Me parece muy bie que todos comenten sobre la inseguridad, y la falta de efectividad en el gobierno... A decir verdad es un muy buen punto, sólo que algo sigue causandome mucha curiosidad. ¿Alguien a estado interesado en saber porque otros seres humanos, matan a otros, porque se creó eso en el mundo, que razón tiene? Ojalá todos desearán ese lindo mundo, porque los que marcharon, no son los delincuentes...

    Aún escucho las calles y los campos sollozar cuando las armas posan en las manos de los humanos.

  5. Grace Says:

    Una de las problemáticas radica en el vinculo que existe entre el crimen organizado en nuestro país, y las autoridades, es decir que la podredumbre viene desde ahí, la corrupción que existe ha ido comiendo las pocas o casi nulas ganas que tiene la autoridad de acabar con el crimen organizado, convirtiéndose en aliados.


    Existen quienes osan diciendo que los policías, políticos, o como quieran llamarlos “autoridad” corrupta recurren a esto porque el bajo salario al cual están sujetos, no les alcanza. Y de ahí que no me asombren las consecuencias.

    Sin embargo pienso yo que la mayor y único problema viene de la falta de valores que sufre la sociedad, pues si esta ultima tiene como cimiento una gama de valores éticos y morales asidos firmemente las cosas serían distintas, pues no podemos querer que las autoridades cambien, y nosotros como individuos o como sociedad sigamos igual, el cambio debe empezar por nosotros, en casa con nuestras familias.